Introducción
Este artículo me ha parecido muy bueno en particular porque toca temas que tienen mucho que ver con nuestro país también.
Para los que no saben en la ciencia y educación, se busca en las universidades que los cargos más altos de profesor (no de auxilares), sean ocupados por personas que tiene un doctorado, y mejor aún si tienen un posdcotorado.
Esto es una tradición que adoptamos de otros países en especial en EEUU. La diferencia es que en EEUU las carreras de grado son más cortas que acá, por ende luego de obtener el titulo de grado, por ejemplo, arquitecto, se puede hacer un posgrado: en este caso un doctorado. Hay otros posgrados como la Maestría y las especializaciones, en particular en ciencias medicas.
Un doctorado es el titulo máximo que se puede obtener. Aproximadamente en este país lleva unos 6 años. Se trata de desarrollar un tema inédito, desarrollar un hipótesis y hacer experimentos que corroboren o anulen la hipótesis. Hay que tener un director que ya tenga su doctorado y además que tenga financiación para los experimentos. Es muy complejo para los docentes universitarios acceder a cargos altos de profesor sin tener un doctorado. Nada simple el tema.
El otro día leyendo Forestalia (blog Un blog sobre ciencia, ecología y bosques… entre otras cosas, lo relata muy bien y me pareció buena idea mostrárselos, así que ahí va:
Y eso del doctorado ¿para qué sirve?
«Creo que a todos los que nos dedicamos a esto nos han hecho esta pregunta [sobre todo nuestros padres]. Y el caso es que no es fácil de responder. Hace años, sí.
Hace años, doctorarse era una garantía de obtener un buen puesto en una Universidad, o en un Centro de Investigación. Pero, ¿hoy?
Hoy la respuesta no está tan clara: el doctorado sirve para formarte como investigador, pero no garantiza que después lo puedas ser. Sirve para poder a optar a un puesto en la Universidad, pero desde luego la mayor parte no acaba allí. Sirve para… ¿Para qué sirve?
Eso es lo que se han preguntado en varios artículos que la revista Nature incluía en su número 472, publicado el pasado 21 de abril. ¿Cuál es la situación actual de los estudios de doctorado y su integración en el mercado laboral?
Porque, afirman, empiezan a producirse demasiados doctores. Por supuesto, no en todos los países pasa lo mismo, y el artículo de Cyranoski et al. nos presenta varios casos:
Japón
Japón es quizá el ejemplo más claro de lo apuntado más arriba. En los años 90 el gobierno japonés desarrolló un programa para aumentar el número de postdocs o pos-doctorados hasta los 10.000 y aumentó el número anual de doctorandos en consonancia.
Años después, y tras atravesar una fuerte crisis económica, ni la Universidad ni la empresa los quieren. La empresa prefiere jóvenes graduados a los que formar en la propia empresa. Y en la Universidad, directamente, no caben. Esto ha llevado a que la tasa de desempleo entre los doctores haya aumentando, contribuyendo a un desprestigio del doctorado y a una caída en el reclutamiento.
China
China es actualmente el mayor productor de doctores del mundo, con más de 50.000 al año. Sin embargo, se encuentran con el problema de la baja calidad de la formación.
En los últimos años las Universidades chinas han proliferado como setas, pero no en todos los casos existen supervisores suficientemente preparados ni controles de calidad adecuados.
Además, en su afán de producir más doctores, los estudios de doctorado se limitan a 3 años, lo cual tampoco ayuda a mejorar la calidad.
En cualquier caso, ser doctor en China continúa siendo una buena opción: el boom en el desarrollo económico y académico del país hace que todos los doctores chinos encuentren buena colocación.
El problema viene a la hora de competir por un puesto internacionalmente, ya que la baja calidad de su formación les perjudica.
Sólo los mejores pueden optar a un puesto académico en el extranjero, y la mayoría de los que lo consiguen, no vuelve.
India
El caso de India es quizá el opuesto a China: la población y economía india han experimentado un crecimiento sin precedentes, pero el desarrollo del tejido investigador no le ha ido a la par.
Hoy en día, India produce casi 5.000 doctores al año, pero tiene que “importar” otros tantos para cubrir las necesidades de su pujante y cada vez más tecnificada, industria.
El gobierno ya se ha puesto manos a la obra y ha aumentado en un tercio el presupuesto destinado a educación superior e investigación, con el objetivo de formar 20.000 doctores al año para 2020.
Sin embargo, mientras exista tanta demanda en la industria, hay pocos incentivos para seguir en la vida académica, ya que los salarios difícilmente pueden igualar a los de la empresa privada.
EEUU
Actualmente es el segundo país en producción de doctores, tras China, pero la Universidad no los puede absorber a todos.
El porcentaje de investigadores que en los 6 años siguientes a obtener el doctorado conseguía una plaza fija en el mundo académico era en 1973 del 55%, y sólo el 2% seguía teniendo contratos temporales como postdocs y similares.
En 2006, la situación se había invertido, y mientras sólo el 15% conseguía un puesto fijo (tenure) en la universidad, hasta el 21% permanecía aún con contratos temporales y becas de postdoctorado.
La mayor parte de los doctores americanos acaba hoy en día en la empresa privada. Pero ésta no está preparada para absorber a tantos trabajadores altamente cualificados, con lo que aumenta cada vez más el porcentaje de doctores desarrollando cargos para los que están excesivamente formados.
Como en Japón, esto ha llevado al descenso en el número de estudiantes que acceden al doctorado, pero la alta capacidad de atracción de estudiantes extranjeros ha compensado el descenso en el número de nacionales.
Paradójicamente, los mensajes de la clase política siguen insistiendo a menudo en la carencia de doctores del país.
El caso de EE.UU es similar al de Japón, pero quizá no ha llegado tan lejos en su declive.
De hecho, un número cada vez mayor de docentes y expertos reclaman una reconversión de los estudios de doctorado para adaptarlos a las necesidades de la empresa privada.
Alemania
Esta reconversión ha sido la que ha realizado Alemania en los últimos 20 años. Es el mayor productor de doctores de Europa (con 25.000 al año), y además estas cifras se mantienen estables desde hace más de 15 años.
Ante la constatación de que el porcentaje de doctores que se empleaban en la vida académica no paraba de descender, se incidió en la formación en aspectos transversales como la gestión y coordinación de equipos, aptitudes de presentación y redacción de informes…
Actualmente, sólo el 6% de los doctores alemanes acaba trabajando en la Universidad. La elevada tecnificación de la industria alemana ha permitido, hasta el momento, la absorción sin problemas de la mayor parte de la producción anual de doctores.
¿Y España? ¿Cuál es la situación en España?
Un vistazo a los datos del INE nos muestra a primera vista que ser doctor en España es todavía un buen seguro para encontrar trabajo: el desempleo entre los doctores no alcanza el 4%, frente al 25% de los que han llegado hasta la Educación Secundaria o al 15% de los de Formación profesional.
Respecto al salario medio, aunque es sensiblemente superior al de aquellos con estudios básicos, no es muy diferente del salario medio que puede obtener un licenciado.
Sin embargo, estos datos pueden ser engañosos: en España, el 42% de los doctores se acaba dedicando a la investigación o docencia desde Universidades e Institutos, el 38% acaba desempeñando un cargo en las Administraciones Públicas, y sólo el 12% desarrolla su actividad en la empresa privada.
Esto es indicativo de lo que ha ocurrido y de lo que nos puede deparar el futuro.
Tasa de desempleo (%) y salario medio (€/mes) en España en función del nivel de estudios. Fuente: INE, 1 Trimestre 2011
En definitiva, España corre riesgo de situarse en una posición como la de Estados Unidos: la Universidad produce más doctores de los que absorbe el mercado, y hay un superávit de personal altamente cualificado que no puede absorber el sistema nacional de investigación, por lo que muchos se ven obligados a buscar oportunidades en el extranjero.
Sería tal vez necesario adecuar el número de doctorandos mediante el establecimiento de criterios de acceso más exigentes y fomentar la evaluación de la calidad.
Y sobre todo, es necesaria la implicación de la empresa privada en el sistema nacional de investigación: mayor colaboración Universidad-Empresa, posibilitar la realización de tesis en empresas, potenciar el desarrollo de parques científico-tecnológicos y también, fomentar valores de emprendimiento y cultura empresarial entre los investigadores.
De lo contrario, se seguirá hablando, cada vez más, de la fuga de cerebros.
La verdad es que no tengo más que felicitar al autor de el Blog Forestalia
Creo que en Argentina se dará un situación similar a España y por ahora son casi todos absorbidos por la Universidad, pero en el futuro probablemente nos encontremos con los mismos problemas que España.
Espero les haya gustado
Saludos, Gabriela